Grandes terremotos, erupciones volcánicas, el impacto de un meteorito o una detonación nuclear pueden generar tsunamis, olas gigantescas, de hasta 30 m de altura, que chocan contra las orillas y arrasan cuanto encuentran a su paso. Los temblores de tierra suelen ser la causa más frecuente de los tsunamis. Desplazan una cantidad ingente de agua hacia la superficie; se forman las olas que a medida que avanzan ganan velocidad y altura hasta chocar con tierra firme. Esta infografía de la colección Ábaco corresponde a la serie Catástrofes, a la que también pertenecen los títulos originales: Desgarro profundo, Zonas de peligro, Ondas elásticas y Medir un terremoto.